Buenos Aires (EP), 7 de julio 2023. Mientras que, en Chile y Perú, la actividad extractiva genera ingresos por 70.000 millones de dólares anuales, en Argentina no se exporta.
La Cordillera de los Andes contiene los tesoros que la transición energética mundial requiere. Y, Argentina, como un gigante dormido, comienza a desperezarse para recibir proyectos de inversiones que buscan extraer litio, en principio, y cobre, en el mediano plazo.
Mientras que el año pasado Perú exportó cobre por u$s19.500 millones, Chile vendió al exterior por 50.000 millones de dólares. ¿De cuánto fueron las exportaciones nacionales? De cero, porque no tiene ningún yacimiento activo.
Sin embargo, esa realidad cambiará en el panorama de ingresos de divisas en Argentina dentro de 8 a 10 años, según los proyectos que las provincias andinas y la secretaría de Minería de la Nación han comenzado a analizar.
Por un lado, a fines de marzo, Pan American Silver, minera de origen canadiense experta en la producción de plata, adquirió las acciones de Yamana Gold que le permitió tomar el control de cuatro minas en actividad, un ejemplo es la mina de oro de Cerro Moro en la provincia austral de Santa Cruz, y una participación fundamental en el denominado Proyecto Mara en la provincia de Catamarca, para extraer cobre junto a otras compañías como Newmont Corp y Glencore PLC por una cifra cercana a los 155.000 millones de toneladas del mineral.
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De esta forma, la provincia andina de Catamarca se pondría a la cabeza de la renovación de la producción de cobre que fue abandonada tras el cierre de la mina a cielo abierto, Bajo de la Alumbrera a comienzos de 2022.
Bajo de la Alumbrera fue la primera mina de cobre a gran escala de la Argentina y operó durante 21 años extrayendo cobre, oro y molibdeno, un metal muy resistente al calor que se utiliza para fabricar piezas para las industrias petrolera, química, automotriz y aeronáutica.
El proyecto Mara, en Catamarca, es una de las propuestas para explotar el cobre en Argentina en los próximos años.
Desde entonces, a pesar de compartir la misma cordillera con chilenos y peruanos, la Argentina se retiró del mercado exportador de cobre pero con el auge de las nuevas tecnologías comienzan a surgir nuevos proyectos.
Además del mencionado Proyecto Mara, se están realizando estudios de factibilidad en la provincia de San Juan donde la minera Lunding Minding Corp., empresa canadiense que posee y opera minas en Suecia, Estados Unidos, Chile, Portugal y Brasil que producen metales básicos como cobre, zinc y níquel, analiza un proyecto en la localidad de José María a 4.230 metros sobre el nivel del mar.
También Glencore avanzará con la producción de uno de sus activos principales. El proyecto El Pachón, un yacimiento de cobre y molibdeno emplazado en la provincia de San Juan, situado entre los 3.600 y 4.200 metros sobre el nivel del mar, y que se encuentra aproximadamente a 5 kilómetros del límite internacional con Chile.
Estos desarrollos junto a otra quincena de carpetas con proyectos presentados ante las autoridades nacionales indican que el interés de la industria minera por el cobre en Argentina comienza a ser tan prometedor como el del litio.
Agenda 2030 y el cambio climático: las claves del boom del cobre
Las razones de este boom de las explotaciones de los recursos minerales naturales hay que hallarlas en los acuerdos globales enmarcados en la Agenda 2030 y en la preocupación existente por el cambio climático que ha permitido el comienzo de una transición de en la matriz energética, a pesar de la influencia de acontecimientos como la guerra en Ucrania lanzada por la Federación de Rusia que ha retrasado esos planes.
En Naciones Unidas, una mayoría de países industriales se ha posicionado fuertemente en torno a la necesidad imperante de transitar hacia una sociedad baja en emisiones de carbono articulada en torno a una movilidad sostenible, la economía circular y la descarbonización de la matriz energética con el objetivo de mitigar y revertir los impactos del denominado cambio climático.
Ahora bien, para los investigadores de la CEPAL, Mauricio León y Cristina Muñóz, «… las innovaciones y los avances tecnológicos necesarios para caminar hacia esta transición articulada entorno a la electromovilidad y el cambio de la matriz energética requieren la extracción de mayores cantidades de minerales y de metales como el litio, el cobre y el cobalto. Esto está provocando un aumento de la presión extractiva en los países andinos, en los que abundan el cobre y el litio, e impulsando la expansión de la frontera extractiva, algo que tiene amplias consecuencias sociales, económicas y ambientales en estos territorios».
La especialista Jeannette Sánchez, compiladora de un trabajo presentado en la ONU, «La gobernanza del litio y el cobre en los países andinos», anota que en este proceso hay que prestar atención a los precios de estos metales en el mercado internacional.
Con la caída de los precios de los productos básicos, que tuvo su pico de bonanza entre los años 2003 y 2014, comenzó un período de menores regulaciones estatales para alentar las inversiones.
Al tiempo que «…en muchos países de la región se reforzaron los argumentos empresariales en contra del exceso de trámites y permisos que los inversionistas enfrentan, muchas administraciones gubernamentales, comenzaron a emprender una competencia regulatoria negativa en materia de institucionalidad y políticas públicas mineras y ambientales, principalmente».
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El trabajo detalla los casos de Ecuador y Perú, donde se flexibilizaron los requisitos gubernamentales previos para ejecutar actividades mineras, especialmente, en lo relacionado con permisos ambientales, de afectación de los recursos hídricos y los relativos a la planificación territorial.
El especialista Rafael Poveda Bonilla señala que «…las economías de Perú y Chile tienen al cobre como un elemento estratégico que tiene una incidencia importante en los indicadores de exportaciones, ingresos fiscales, crecimiento económico e inversión extranjera directa, al menos desde las últimas tres décadas».
Chile y Perú son el primer y el segundo país productor de cobre, respectivamente y entre los dos contabilizan cerca del 40% de la producción mundial y el 30,05% de las reservas globales según el Servicio de Prospección Geológica de los Estados Unidos.
Pero, en los últimos meses ha comenzado a despertarse otro gigante andino. Argentina continúa evaluando proyectos y, acaso uno de los más interesantes, sea el que propuso la empresa de energía Central Puerto que busca asociarse con mineras para extraer cobre.
La empresa de Carlos Miguens Bemberg (ex Quilmes), la familia Escasany (Banco de Galicia), Guillermo Reca (ex ejecutivo del banco de inversiones Merrill Lynch) y los hermanos Ruete Aguirre (ex Banco Roberts), la mayor generadora de electricidad del país, analiza proyectos en las provincias de Salta, Jujuy y Santa Cruz.
La compañía, que cotiza en Nueva York, modificó sus estatutos corporativos para poder diversificarse fuera de la generación de energía y aprovechar el crecimiento del sector de minerales de la Argentina.
«Como recién llegados con una curva de aprendizaje por delante, estamos buscando proyectos que estén un poco más desarrollados, es decir que no estén en la fase inicial, proyectos con más certidumbre y menos riesgo», afirmó Adrián Salvatore, director de asuntos corporativos de Central Puerto, en una conferencia minera en Toronto, Canadá.
Fuente: Iprofesional – MINERÍA SUSTENTABLE