Mendoza (EP), 4 de Enero ’24. En diciembre la empresa YPF hizo fractura hidráulica en la formación Vaca Muerta, del lado mendocino. Ahora evaluarán el potencial para saber si es viable explotar la zona.
Entre el 6 y el 22 de noviembre hubo un hito importante para la industria petrolera de Mendoza: la empresa YPF ejecutó el plan piloto de exploración en la formación Vaca Muerta con técnicas no convencionales, puntualmente realizando fractura hidráulica. Las maniobras se ejecutaron y el potencial de los pozos está en evaluación, sin que se hayan presentado aún los informes preliminares. Es la primera vez que esa empresa avanza sobre el lado mendocino de Vaca Muerta y es el segundo proyecto que se ejecuta en la provincia. Antes, la empresa El Trébol había explorado y también consiguió una concesión en Vaca Muerta, pero el proyecto fue abandonado.
La fractura hidráulica se hizo en los pozos Paso Bardas Norte y Aguada Negra, de las áreas Paso Bardas Norte y el otro en CN VII, en el extremo sur de Malargüe. El proceso comenzó hace años y tuvo algunas demoras administrativas y políticas porque YPF requería la extensión de las concesiones. Finalmente el proyecto avanzó y ahora toma a la empresa en un momento bisagra, pues el cambio de Gobierno puede generar un reenfoque de las inversiones: el presidente Javier Milei le puso el cartel de venta a YPF y hay cierta incertidumbre sobre el futuro de los proyectos de mayor riesgo, como los de Mendoza. En el Gobierno confían en el cumplimiento de los planes de inversión, mucho más porque están a mitad de camino.
Un paso clave
Tras la fractura ahora comienza un proceso complejo y clave. La empresa debe evaluar el potencial en base al petróleo que «sale»; es decir el volumen de producción; se hacen proyecciones en el tiempo y evaluaciones de necesidades. Con los datos técnicos se pone sobre la mesa la ecuación económica para saber si la explotación en rentable. Y, en caso positivo, se puede pedir la concesión, que en los casos de petróleo no convencional suele ser por 30 años. Para Mendoza es clave, pues hasta ahora la provincia está afuera del boom petrolero de Vaca Muerta y tiene todos sus yacimientos en etapa madura. Neuquén (a pocos kilómetros y del otro lado del río Colorado) vive un auge.
La explotación no convencional a través del fracking se realiza a grandes profundidades. Primero se perfora el subsuelo hasta llegar a la llamada «roca madre» (en este caso Vaca Muerta), el lugar donde está «atrapado» el petróleo. Luego, se inyecta agua con arena y aditivos a altas presiones para fracturar la roca y liberar el petróleo. Los equipos tienen dimensiones enormes e incluyen torres, perforadoras, camiones para inyectar agua y arena, tanques de reserva de agua y la enorme logística para evitar daño ambiental.
En el caso de Aguada Negra, por ejemplo, se profundizó a 2600 metros bajo la superficie y luego se avanzaron otros 1000 metros de manera horizontal. Se hicieron 17 fracturas. El proyecto se hizo con «instalaciones secas» y como no había agua de producción se utilizó agua del Colorado, con un volumen aproximado de 25.500 m3 total usado. La estimulación hidráulica se prevé en la rama horizontal con 17 etapas de fracturas cada 60 metros, con una presión de superficie de 11000 psi. El objetivo del pozo es evaluar el potencial como reservorio Shale Oil de la Formación Vaca muerta en el bloque CN VII A», explica el proyecto.
Un dato particular es que gran parte de la logística y la mano de obra se contrató en Neuquén, por la cercanía, por la experiencia y por las carencias que tiene Mendoza. La fractura hidráulica tiene una reglamentación ambiental específica en Mendoza que fue redactada durante la primera gobernación de Cornejo y tras la experiencia realizada por Petrolera El Trébol.
La industria petrolera está en tensión en Mendoza por el tipo de proyectos que tiene en ejecución. La mayoría son yacimientos maduros y los que tienen proyección son los de recuperación terciaria y los de petróleo pesado. YPF tiene una relevancia enorme, al punto de generar una dependencia también grande. La intención del Gobierno provincial es que la petrolera estatal deje algunas concesiones que por escala de negocio no son atractivas y, así, licitarlas para atraer empresas más chicas. En el medio está el plan privatizador del gobierno nacional. La duda es si con cambio de enfoque también cambiará la política de asumir «más riesgo» del debido que algunas veces ejecuta YPF para diversificar inversiones.
Fuente https://www.mdzol.com/
Fotografía Facultad de Ingeniería – UNCuyo