Así enfrentan los proyectos mineros el frío de la Cordillera


San Juan (EP), 5 de junio ‘24. A más de 3.000 metros de altura, los trabajadores de Los Azules, Veladero y Josemaría ya pasaron dos temporales de nieve intensos en 2024.

Los que tienen infraestructura se preparan con provisiones para meses y los que no, dejan los campamentos solos. Los videos del crudo paisaje que los rodea.

Hacer minería en plena Cordillera de los Andes durante otoño e invierno es uno de los trabajos más extremos que se realizan en el país. Los proyectos que se encuentran a más de 3.000 o 4.000 metros sobre el nivel del mar se enfrentan a nevadas que obligan al personal a dejar las instalaciones durante meses en algunos casos o continuar con condiciones y protocolos de seguridad extremos.

El último mes de mayo fue el más frío desde 1961, según el registro que tiene el Servicio Meteorológico Nacional, y en San Juan se presentó con dos nevadas de importancia. En imágenes, se puede ver cómo lo vivieron tres proyectos en distintas instancias: Veladero, en producción, Josemaría en pre construcción y Los Azules todavía en exploración. Estos avances marcan diferencias abismales en lo que sucede en cada uno.

Durante los temporales de viento blanco la velocidad se reduce y es una de las razones por las que puede paralizarse el trabajo.

Es que todo depende de la infraestructura con la que cuentan las empresas. Aquellos que tienen un campamento avanzado, pueden continuar con las tareas en el lugar y no deben retirar a todo el personal. Para continuar, activan los operativos invierno, una serie de logísticas especiales para enfrentarse al clima.

En cambio, los proyectos en exploración no pueden seguir con las tareas, por lo que durante los meses más fríos desalojan las instalaciones, dejando buena parte del equipamiento en el lugar. Aun así, las empresas deben prepararse para este proceso.

Veladero: un mes de provisiones y medidas de seguridad extremas

La mina Veladero, que gestionan Barrick Gold y Shandon Gold en el departamento Iglesia, es uno de los proyectos veteranos que tiene el país. Su primer operativo invierno fue en 2004, cuando los trabajos en el yacimiento que está a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar (msnm), con algunas zonas sobre los 4.200 msnm.

La logística tiene que ver con garantizar la seguridad y el trabajo, cuando sea posible, en condiciones muy difíciles. Además de la altura, que implica riesgo de apunamiento, en plena cordillera durante los meses de otoño e invierno son comunes tormentas de nieve que pueden durar horas o incluso días.

Estos eventos implican baja en la visibilidad, en el caso de viento blanco, acumulación en los caminos lo que dificulta la circulación y temperaturas muy bajas, que pueden ir de 20 a 25 grados bajo cero, aunque existe un registro de 48 grados bajo cero en la mina.

Para prepararse para estos eventos, pero también meses consecutivos de frío que congelan combustibles y maquinaria, existe un protocolo distinto que va desde mayo a agosto en la mina.

Este empieza una vez que inician las condiciones meteorológicas más duras, para lo que la empresa tiene sus propias estaciones meteorológicas y puede saber con precisión cuándo llegará la primera nevada fuerte o viento helado.

Debido a que durante el frío los trabajos continúan en Veladero, se programas subidas y bajadas del personal con normalidad, pero muchas veces estos traslados se mueven si hay algún evento previsto.

El trabajo es 24 de horas de continuo, con turnos rotativo de los trabajadores, pero en casos extremos se puede suspender uno de estos si hay amenaza de viento blanco, que es uno de los factores más peligrosos.

Una de las prioridades es mantener caminos despejados durante estos meses, debido a que son fundamentales en caso de emergencia. Para eso duplican el personal que está a cargo del mantenimiento de los mismos, ya que todos los días deben despejar nieve o hielo para que la circulación sea segura.

El personal tiene protocolos de seguridad más estrictos durante el operativo invierno y también se acumulan provisiones en caso de que se corten los caminos por un evento de importancia.

Si bien es habitual que haya uno o dos días donde se corta el ingreso a la mina cuando coincide con una nevada o viento fuerte, dejan alimentos, combustible y otros productos para un mes sin poder bajar al pueblo más cercano, que está a 7 horas en vehículo.

Josemaría transita sus primeros inviernos

El único proyecto en pre-construcción de cobre del país está también en Iglesia, pero se encuentra a mayor altura promedio que Veladero. En algunos puntos del yacimiento e instalaciones los trabajadores realizan tareas a 4.900 msnm. El de 2024 será su tercer invierno de actividad continua.

Las principales tareas que realizan en el área es de exploración, construcción de instalaciones para lo que será la futura mina a investigación del terreno para cuando avancen en la construcción de la infraestructura de mayor tamaño.

Al igual que en los proyectos que continúan la explotación en invierno, la empresa busca garantizar dos cosas: seguridad del personal que continúa en la zona y mantener la mayor cantidad de tareas posibles. Los caminos despejados son centrales y también tienen stock de alimentos, agua y otros recursos por si estos no están habilitados.

Josemaría

Una de las tareas centrales en invierno es despejar los caminos para que continúen transitables entre las nevadas.

En la actualidad, Josemaría trabaja en conjunto con Filo del Sol, otro de los grandes proyectos en la provincia. Gracias a las tareas avanzadas en el primero, desde el invierno pasado pueden continuar usando las instalaciones los técnicos de Filo y por lo tanto es una de las pocas exploraciones anualizadas en la cordillera sanjuanina.

Debido a que no es una mina con tantos años de experiencia en sus operativos invernales y al tener menos infraestructura ya instalada, los protocolos más estrictos de seguridad del operativo empezaron el 1 de abril.

Los Azules, un gigante en espera durante invierno

A pesar de que es uno de los proyectos más avanzados, con su Informe de Impacto ambiental en trámite y expectativas de iniciar construcción en 2026, Los Azules en el sur de la cordillera de San Juan, desmovilizó a todo su personal y paró de trabajar hasta la primavera.

Esto quiere decir que en mayo todas las instalaciones, que incluyen un campamento en construcción y otro de menor tamaño y parte de la maquinaria, quedó en la cordillera y las tareas para definir la cantidad de cobre y detalles del yacimiento, están a la espera.

En general es lo que sucede en los proyectos en exploración. Las empresas resignan los meses fríos debido a que mantener la infraestructura funcionando es muy costoso y porque una de las tareas fundamentales, la perforación para extraer muestras, se vuelve muy difícil con temperaturas bajo cero.

En los proyectos que cortan durante los meses fríos, algunos equipos de avanzada vuelven al lugar para tareas extraordinarias. Foto gentileza GHM Producciones.

Los casos en los que sigue funcionando, lo hacen con perforadoras que quedan encerradas en una estructura liviana con calefacción propia. Además, al ser proyectos que todavía no tienen instalados, por ejemplo, su propio hospital, como sí hay en Veladero o Josemaría, es difícil mantener las condiciones de seguridad.

Durante la temporada 2023, McEwen, la empresa a cargo de Los Azules, montó un protocolo para mantener la parte inicial del camino durante todo el invierno y así pudieron retomar las tareas al principio de la primavera.

Esto les aportó un mes más de trabajo y lograron la campaña de exploración más grande del país, con 67.000 metros de muestras.

Solidaridad y apoyo logístico entre las empresas

En las zonas más alejadas y extremas de la cordillera, los trabajadores y empresas mineras suelen ser los únicos que están cerca en casos de problemas. Por eso, las brigadas de seguridad y emergencia suelen salir en ayuda en algunos casos, incluso para otras empresas.

Un caso clave fue el rescate de 16 trabajadores de una empresa exploradora, que en abril quedaron atrapados y no llegaron a bajar antes de que llegara una tormenta. La brigada de Veladero se trasladó y pudo asistir al personal de una empresa junior que estaba a pocos kilómetros de la mina de oro.

Esto quiere decir que en mayo todas las instalaciones, que incluyen un campamento en construcción y otro de menor tamaño y parte de la maquinaria, quedó en la cordillera y las tareas para definir la cantidad de cobre y detalles del yacimiento, están a la espera.

En 2022 y 2023, dos empresas que exploran proyectos cercanos en Calingasta decidieron utilizar el mismo camino para subir y bajar del proyecto. Se trata de Altar y Los Azules. Durante una de las primeras nevadas del 2022, un temporal llegó antes de lo esperado y trasladaron parte del equipamiento y personal de Aldebarán al campamento de Los Azules.

Fuente Por CAROLINA PUTELLI – Dinamicarg.com