Río Negro (EP), 7 de junio‘24. En subsuelo rionegrino se inició una campaña de perforación con objetivo shale, mientras en el sur mendocino se hicieron pozos con sus correspondientes fracturas.
Neuquén espera un estimado de 9050 millones de dólares en inversiones hidrocarburíferas para este 2024, una de las mayores cifras en los últimos años gracias al interés que despertó Vaca Muerta por sus altos niveles de productividad. Sin embargo, la roca shale de 30 mil kilómetros cuadrados también se extiende por las provincias de Río Negro y Mendoza, que comenzaron a investigar su potencial.
En Río Negro, Phoenix Global Resources y GeoPark se aliaron para iniciar un pad de tres pozos horizontales en Confluencia Norte, una de las áreas no convencionales que obtuvo por licitación. Además, en Confluencia Sur mantienen un permiso de exploración. La expectativa es que la continuidad geológica acompañe a esos bloques con los exitosos Sierras Blancas y Coirón Amargo Sur Oeste, que opera Shell en territorio neuquino.
Queda una licitación más en la provincia que administra Alberto Weretilneck: Cinco Saltos Norte. Esa es una concesión no convencional, que se encuentra en la mira de varias compañías con inversiones en Neuquén. Río Negro también aprovecha su ubicación clave para el sistema de oleoductos de Oldelval y el Vaca Muerta Sur que está construyendo YPF, que harán más atractivas sus áreas shale y maduras.
La última experiencia en subsuelo rionegrino vinculada al no convencional fue la de YPF en Estación Fernández Oro (EFO), un bloque donde se explotó tight gas en la formación Lajas. Es un área que todavía tiene potencial, aunque para los fines de YPF apuntando a Vaca Muerta no resulta rentable en el negocio global, por lo que está en oferta dentro del Proyecto Andes.
La otra provincia que también contó con su propia experiencia shale y que ahora vuelve a la carga es Mendoza. En 2017, Petrolera El Trébol realizó un pozo no convencional pero luego el proyecto fue descartado porque no cerraban los números de rentabilidad -en paralelo, Neuquén empezaba a consolidar su shale-. En 2023, fue la revancha con los proyectos de YPF.
La compañía bajo control estatal calificó de «prolíferas» a las áreas Paso Bardas Norte y CN-VII y pidió la extensión de los permisos exploratorios. A la fecha, ya se realizaron dos pozos horizontales con sus correspondientes etapas de fractura en las ramas laterales, que rondan los 1000 metros de extensión.
El distrito gobernador por Alfredo Cornejo comunicó que en Paso Bardas Norte se realizaron 12 fracturas y que en el yacimiento Aguada Negra se hicieron otras 13. El petróleo obtenido es liviano, de 38 y 43 grados API, respectivamente. Si se confirman los resultados, sería un crudo fácil de transportar, principalmente para la refinería de Luján de Cuyo, donde YPF viene invirtiendo en los últimos años para procesar más shale neuquino.
En tanto, el permiso exploratorio del área CN-VII A tiene en carpeta dos pozos horizontales, con ramas de unos 2500 metros. De acuerdo al Gobierno de Mendoza, las inversiones estimadas en la Vaca Muerta mendocina oscilan entre los 30 y 40 millones de dólares.
Al comparar ambos distritos, sus números están lejos de Neuquén donde hay 47 concesiones no convencionales y las inversiones para este año se esperan en torno a los 9050 millones de dólares. No obstante, todos los viajes empiezan con el primer paso y si hay una continuidad de las investigaciones y el respaldo de las provincias, pueden generarse nuevos polos no convencionales en los bordes de Vaca Muerta.
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