Fabricantes de eólica offshore apuestan a turbinas más grandes para bajar costes


Europa (EP), 15 de octubre ‘24. La eólica offshore flotante enfrenta retos pese a la reciente bajada de precios por debajo de 100 €/MWh en subastas. La clave para su competitividad radica en la industrialización, estandarización de flotadores y confiabilidad, mientras los OEMs occidentales lidian con la ralentización tecnológica.

La eólica offshore flotante es el futuro inevitable para países con costas profundas como España que cuenta con un total de 27 GW de potencia en pre proyectos, a la espera de la definición del marco regulatorio y el calendario de subastas.

Sin embargo, a pesar de los avances, esta tecnología todavía enfrenta importantes obstáculos en su camino hacia la competitividad en Europa.

Mientras la subasta reciente en Francia ha revelado precios por debajo de los 100 €/MWh, la viabilidad de estos proyectos ha generado preocupación, especialmente en cuanto a la capacidad de los desarrolladores para llevarlos a cabo sin recurrir a proveedores de bajo coste.

“Hasta el momento, la mejor forma que ha encontrado la industria para mejorar los negocios en offshore ha sido siempre ir a aerogeneradores cada vez más grandes”, explica Sergio Fernández, especialista eólico y editor del Windletter.

Muestra de ello fue el lanzamiento de turbinas chinas de 22 MW, lo que podría ayudar a reducir aún más los costes de generación de energía.

No obstante, en diálogo con Energía Estratégica España, el ejecutivo advierte que en los últimos tiempos ha habido una ralentización en el desarrollo de productos por parte de los OEM occidentales.

Mientras los fabricantes chinos buscan aumentar el tamaño de sus turbinas, los OEM europeos enfrentan desafíos de rentabilidad en sus negocios offshore.

“Excepto Siemens Gamesa, que, según los rumores, está instalando un prototipo de unos 21 MW ninguno de los OEMs ha podido avanzar en nueva tecnología”, sostiene Fernández.

La clave para la reducción de costes: industrialización y confiabilidad

Uno de los mayores retos de la eólica offshore es la falta de estandarización en las plataformas flotantes.

Actualmente, existen múltiples diseños en el mercado, pero ninguno ha emergido como la solución dominante.

La producción de estas plataformas es otro gran desafío, ya que, hasta ahora, solo se han fabricado en tiradas cortas, lo que dificulta la reducción de costes. Como señala Fernández, «la clave está en los flotadores: que tengan buen precio, a través de la industrialización, y que tengan confiabilidad demostrada».

El concepto de industrialización es esencial para bajar los precios y el editor del Windletter describe que “es necesario fabricar muchas unidades en serie y que cada vez que haya que fabricar no sea casi artesanal y en pocas unidades”.

Este cambio hacia una producción a gran escala permitiría reducir costes operativos y mejorar la competitividad de la tecnología flotante en el mercado energético.

Precios a la baja: ¿Una oportunidad o un riesgo?

Tal como se detalla en el Windletter #79 – ¿Eólica flotante a menos de 100€/MWh?, la reciente subasta en Francia, que adjudicó 250 MW de capacidad flotante a menos de 100 €/MWh, ha generado entusiasmo y escepticismo a partes iguales.

Este precio es sorprendentemente bajo para la tecnología flotante, especialmente si se compara con precedentes como el parque WindFloat Atlantic en Portugal, con tarifas de 168 €/MWh, o el Provence Grand Large en Francia, con 240 €/MWh.

En Reino Unido, la subasta AR 5 no recibió ninguna oferta para eólica flotante debido a un precio máximo fijado en 133,4 €/MWh.

Fernández califica la adjudicación francesa como «una gran noticia», pero advierte que estos precios generan incertidumbre en la cadena de suministro.

“Los proveedores temen que el promotor no pueda llevar a cabo el proyecto o que opte por proveedores más baratos o de bajo coste”, comenta el experto.

El proyecto debe estar en marcha para 2031, con pedidos realizados entre 2028 y 2029, lo que deja tiempo para que la industria se ajuste, pero también plantea desafíos considerables.

El camino hacia la competitividad

Si bien los precios están bajando, la eólica flotante sigue siendo una tecnología emergente. Europa solo cuenta con 176 MW instalados (datos de mayo de 2023), muy lejos de los ambiciosos objetivos de descarbonización.

Para que la tecnología flotante sea verdaderamente competitiva, es fundamental continuar innovando no solo en las turbinas, sino también en la infraestructura que las sostiene. La estandarización de los flotadores, la producción en serie y la confiabilidad serán claves para el éxito.

Por su parte, los OEMs europeos tienen una tarea titánica: «adaptar de forma fiable los WTGs de offshore de base fija para su uso en flotante», afirma Fernández.

Las cargas adicionales que soportan los aerogeneradores flotantes han generado problemas en proyectos precomerciales, con cambios prematuros de grandes componentes.

A medida que las tecnologías evolucionan y se industrializan, la competitividad de la eólica flotante podría mejorar sustancialmente, pero el camino aún está lleno de retos.

Fuente https://energiaestrategica.es/

Fotografía Canarias7