Buenos Aires (EP), 27 de marzo ‘25. ¿Cada cuánto hay que cambiarlo? ¿El color importa? ¿Influyen el calor, el tráfico o los caminos de tierra? Castrol responde las dudas más comunes con info clara y sin vueltas.
Cuando se trata del cuidado del motor, el aceite es uno de esos protagonistas silenciosos que, si no se le presta atención, puede jugar una mala pasada.
En esta edición del newsletter, charlamos con especialistas de Castrol para despejar dudas y derribar algunos mitos muy instalados entre los conductores. ¿Cada cuánto hay que cambiar el aceite? ¿Influyen las condiciones de manejo? ¿Sirve mirar el color del lubricante para saber si todavía está bueno? Todo eso, y más, en esta guía rápida para entender cómo cuidar mejor tu motor y alargar su vida útil.
¿Cuáles son los principales factores que determinan la vida útil del aceite de motor y cómo influyen en su rendimiento?
Los principales factores que afectan la vida útil del aceite de motor son:
Tipo de aceite (mineral, semisintético o sintético): Los aceites sintéticos duran más y resisten mejor la oxidación.
Condiciones de manejo (tráfico intenso, trayectos cortos, manejo deportivo, manejo en caminos polvorientos): Aceleran la degradación del aceite.
Temperatura de operación (clima extremo, viajes cortos que no permiten calentar bien el motor): Puede generar más humedad y residuos en el aceite.
Calidad del combustible (presencia de azufre o contaminantes): Puede provocar una mayor formación de depósitos y ácidos en el aceite.
Estado del motor (desgaste interno, consumo de aceite, pérdidas por sellos deteriorados): Un motor en mal estado degrada el lubricante más rápido.
Sistemas de postratamiento (filtro de partículas, catalizador): Algunos aceites deben ser específicos para proteger estos componentes.
Un aceite de buena calidad, usado en un motor en buen estado y en condiciones óptimas, durará más que un aceite convencional en un motor exigido o con desgaste.
Uno de los mitos más comunes es que el aceite debe cambiarse cada 5.000 km sin importar el tipo de motor o lubricante. ¿Qué tan cierto es esto?
Falso.
El intervalo de cambio depende de:
Tipo de aceite: Los minerales suelen cambiarse entre 5.000 y 7.000 km, los semisintéticos entre 7.000 y 10.000 km, y los sintéticos pueden durar hasta 15.000 km o más.
Recomendaciones del fabricante: Cada motor tiene un intervalo de cambio definido en el manual del auto.
Condiciones de uso: En conducción severa (tráfico urbano, trayectos cortos, temperaturas extremas), el cambio debe hacerse antes del máximo recomendado.
No todos los aceites ni motores son iguales. Seguir el manual del auto es la mejor opción.
¿Cómo afectan las condiciones de manejo, como el tráfico intenso o los trayectos cortos, a la degradación del aceite?
Las condiciones severas de manejo aceleran la degradación del aceite por estos motivos:
Tráfico intenso: El motor sigue funcionando en ralentí, pero el auto no avanza → El aceite se contamina más rápido sin recorrer muchos kilómetros.
Trayectos cortos: El motor no llega a su temperatura óptima → Mayor acumulación de humedad y combustible en el aceite.
Uso frecuente del auto en ciudad: Muchas aceleraciones y frenadas → Aumenta la temperatura y el deterioro del aceite.
Uso frecuente del auto en caminos polvorientos: Mucho ingreso de polvo abrasivo al motor → Se tapa el filtro de aire, aumenta el consumo de combustible y el aceite se vuelve abrasivo.
Remolques o carga pesada: El motor trabaja con mayor esfuerzo → El aceite sufre más estrés térmico y se degrada más.
Si el auto se usa mayormente en ciudad o en trayectos cortos, y muy especialmente en condiciones polvorientas, es recomendable cambiar el aceite con mayor frecuencia de lo que indica el manual.
Muchos conductores creen que, si el aceite no se ve «negro» o «sucio», aún está en buen estado. ¿Es un indicador confiable para definir cuándo cambiarlo?
No.
El color del aceite no es un indicador confiable de su estado. Algunas razones:
El aceite se oscurece naturalmente porque cumple su función de limpieza al atrapar residuos.
Un aceite puede seguir viéndose claro y estar degradado, perdiendo su viscosidad y capacidad de lubricación.
En motores diésel, el aceite se vuelve negro muy rápido debido a la presencia de hollín, pero eso no significa que esté malo.
El único método 100% preciso para evaluar el aceite es un análisis de laboratorio (prueba de viscosidad, oxidación, contenido de contaminantes, nivel de aditivos remanente).
No hay que cambiar el aceite solo porque se ve negro, ni dejarlo más tiempo porque se ve limpio. Lo correcto es seguir los intervalos recomendados por el fabricante.
Motores más exigentes, lubricantes a la altura
Los avances en la tecnología automotriz exigen que los motores trabajen bajo condiciones cada vez más extremas. En ese escenario, los lubricantes también se transforman: adoptan fórmulas más resistentes, mejoran la eficiencia y mantienen un rendimiento comprobado incluso en situaciones límite.
Ese es el caso de Castrol EDGE, la línea premium de Castrol recomendada por fabricantes como Audi, BMW, Jaguar Land Rover y Volkswagen, entre otros. Este lubricante cumple con los estándares más altos de la industria y representa una opción confiable tanto para conductores particulares como para talleres especializados o centros de servicio.
Su principal diferencial frente a otros lubricantes del mercado es su tecnología Titanium Fluid Strength Technology™. Esta fórmula refuerza la película de aceite y duplica su resistencia bajo presión extrema, un punto clave en los motores actuales que operan con tolerancias ajustadas, temperaturas más altas y mayores demandas de potencia.
Castrol EDGE muestra un beneficio medido y comprobado: reduce hasta un 20% la fricción interna del motor. Esto permite una mejor protección contra el desgaste y extiende la vida útil del vehículo. Un dato respaldado por ensayos en condiciones extremas y por el trabajo conjunto con fabricantes de motores que validaron su eficacia.
Hablamos de una herramienta que protege el motor en distintos contextos de manejo. Ya sea en ciudad, en ruta, con temperaturas altas o en climas fríos, mantiene el rendimiento y resiste las exigencias propias de cada situación.
Los motores actuales —turboalimentados, con alta compresión o sistemas start-stop exigen lubricantes que superen los requisitos mínimos establecidos por la industria.
Castrol EDGE cumple con múltiples estándares internacionales (ACEA, API, ILSAC) y con especificaciones de fabricantes que otros productos no alcanzan.
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