Buenos Aires (EP), 03 de octubre ‘24. A partir de octubre, las facturas de gas para los usuarios hogareños experimentarán una reducción promedio del 20%. Esta disminución está relacionada con la baja estacional del 6% en el precio del gas, junto a un menor consumo debido a las temperaturas más altas características de la primavera. La medida, que se enmarca en el Plan GasAr, responde a una actualización prevista del precio en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST), aunque no busca reducir la inflación como parte de un plan económico, tal como se podría interpretar en un contexto de alta inflación.
El ajuste en las tarifas de gas se equilibrará con un aumento del 3% en los costos de transporte y distribución, los cuales representan otros componentes clave de la factura final junto con los impuestos. Este ajuste es especialmente esperado por el sector, que en meses anteriores había recibido incrementos menores. En cuanto a los subsidios, el gobierno ha logrado reducir el monto total destinado a estos, pasando de US$ 1.800 millones en 2023 a alrededor de US$ 650 millones en lo que va del año. Sin embargo, la meta de reducirlos a u$s380 millones ha sido postergada hasta 2025, tal como lo exige el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE) refleja que el número de hogares con tarifa plena (N1) ha aumentado, mientras que aquellos con menores ingresos (N2) continúan recibiendo subsidios. En el último período se sumaron al programa unos 110.000 nuevos usuarios de gas, alcanzando un total de 5,7 millones de hogares subsidiados de un padrón total de 9,4 millones. Los usuarios de la categoría N2, quienes tienen un bloque de consumo subsidiado con un descuento del 64%, ven cómo este beneficio varía según el mes del año. En caso de superar dicho bloque, pasan a pagar la tarifa plena.
Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) reveló que los usuarios N1 ya pagan el 73% del costo total del gas consumido, mientras que los de ingresos medios (N3) abonan el 33% y los N2 solo el 25%. En promedio, se cubre solo el 57% del valor real del gas, lo que contrasta con la tasa de incobrabilidad, que sigue siendo elevada, con un nivel cercano al 95%. Además, el IIEP estima que una factura promedio de gas para una familia tipo ronda los $ 28.000 mensuales, una cifra similar a lo que se pagaba en diciembre de 2023 por servicios esenciales como electricidad, gas y transporte.
El gobierno, al celebrar la reducción en el gasto destinado a subsidios, sostiene que los usuarios han comenzado a comprender que «la energía ya no se regala» y que deben pagar el valor real del gas. Esta visión se enmarca en el contexto de un ajuste gradual de las tarifas hacia valores más cercanos al costo de producción, aunque el proceso no ha estado exento de tensiones, tanto internas como externas, con el FMI presionando para una disminución más acelerada en el uso de subsidios. A pesar de los avances en este sentido, aún queda camino por recorrer para alcanzar los objetivos planteados inicialmente para 2025.
En paralelo, la llegada del verano representa un desafío adicional en términos de demanda energética. Las autoridades han anticipado que será necesario importar grandes volúmenes de combustibles líquidos como el gasoil para garantizar el suministro eléctrico, con un costo estimado de más de US$ 7,5 millones diarios en los picos de consumo. Esta situación subraya la importancia de mantener un equilibrio entre la contención de costos energéticos para los hogares y la estabilidad financiera del sector energético, en medio de una inflación que sigue siendo uno de los problemas más acuciantes del país.
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