Buenos Aires (EP), 21 de mayo ‘24. Las compañías trasladan su experiencia en hidrocarburos para aplicarlo en el litio. Exploración, perforación y una planta piloto son algunos de los proyectos.
Argentina está destinada a ser un actor principal como proveedor de los elementos básicos para la transición energética. El gas, el cobre y el litio son la llave para que el país se convierta en un jugador importante en el mundo que se viene a partir del 2030.
El denominado oro blanco del siglo XXI despierta grandes expectativas en la minería. Las empresas avanzan con sus proyectos para responder a la demanda que implicarán las nuevas formas de movilidad eléctrica y el almacenamiento de las energías renovables.
El país, junto a Chile y Bolivia, integran el Triángulo del Litio que contienen el 60% de los recursos mundiales, lo que coloca a la región como una plataforma regional para la producción de litio a nivel mundial. En el país, estos recursos se ubican en las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca, que representan aproximadamente un cuarto de los recursos mundiales.
Si bien en el noroeste argentino (NOA) hay actores que cuentan con una historia marcada en el sector minero, al litio le falta la participación de viejos conocidos en la actividad energética: las petroleras.
A partir del 2017 comenzó a hablarse de “Litoneras”, un juego de palabras que mezcla litio y petroleras. Más allá del nombre, las operadoras han puesto un pie en el oro blanco y buscan acelerar los motores de sus proyectos.
Una de las primeras operadoras en incursionar en el metal liviano fue Pluspetrol. A través de su subsidiaria Litica Resources está a cargo de los bloques Arizaro 2, Diablillos, Guayatayoc, Laguna Palar, Pocitos, Río Grande, Salinas Grandes y Jama.
El proyecto más ambicioso es Río Grande, Arizaro y Pocitos, donde se realizaron más de 30 perforaciones en el último año y que se planea replicar durante este año.
El proyecto ubicado en Salta tiene como objetivo una capacidad de producción de 20.000 toneladas por año lo que implicaría que la compañía presente en los próximos meses un Estudio Económico Preliminar (PEA).
En Salta, Litica también inauguró en abril de este año el Centro de Investigación y Desarrollo (I+D) en busca de perfeccionar los procesos mineros, optimizando el uso de recursos, y con el propósito final de garantizar que las operaciones mineras sean cada vez más limpias, seguras y eficientes.
La mirada en puesta en DLE
Tecpetrol fue otra compañía que capitalizó su interés por el litio. En octubre del año pasado anunció la compra de la empresa Alpha Lithium, que significó quedarse con los solares en etapa de exploración: del Hombre Muerto, Arizaro y Tolillar. En esta última, la compañía del Grupo Techint planea invertir 800 millones de dólares.
La clave para la compañía pasa por mejorar las técnicas de extracción con un menor impacto ambiental como la extracción directa de litio (DLE por sus siglas en inglés), que consume menos agua que las técnicas de evaporación.
Una clave para entender esa visión es la puesta en funcionamiento de la planta piloto de DLE en Olacapato en 2022. El proyecto tiene una capacidad de producción de 25 toneladas de Carbonato de Litio Equivalente (LCE) por medio año y una capacidad de procesamiento de 1.200 litros de salmuera por hora.
“La planta es una pieza clave en la estrategia de Tecpetrol al iniciar el camino de mitigación de riesgos tecnológicos para el futuro escalamiento industrial del sector”, subrayaron desde la compañía.
Adquirir conocimiento en el litio
YPF también quiere convertirse en un player de peso en el metal liviano. Para ello creó la compañía YPF Litio S.A. que le permitirá participar activamente en el desarrollo de la cadena de valor desde la extracción de litio hasta su producción final.
Esta visión se complementa con el desarrollo de los planes Y-TEC, el centro de investigación que, junto al CONICET, trabaja en el desarrollo de tecnologías para distintos eslabones de la cadena de valor del litio.
YPF Litio e Y-TEC trabajan en sus laboratorios en los materiales activos para las baterías de litio del futuro e investigan los mejores componentes para desarrollar baterías más eficientes.
Otro avance fue el acuerdo de asociación con CAMYEN (Catamarca Minera y Energética Sociedad Del Estado) para el desarrollo de un proyecto exploratorio de litio en una superficie de 20 mil hectáreas ubicadas en la zona de Fiambalá, en el departamento de Tinogasta. Esta iniciativa constituye un hito para ambas compañías ya que es el primer desarrollo de este tipo que llevan a cabo.
En la etapa de exploración se busca identificar el potencial y el contenido de litio con pozos someros para determinar las zonas con mayor riqueza a través de la realización de pozos a mayor profundidad y la construcción de piletas, entre otras estructuras de acopio y procesamiento.
El rol de las empresas de servicio
A este panorama se le sumó la participación de las empresas de servicio. San Antonio Internacional (SAI) es una de las más activas y en marzo completó el traslado de su equipo SAI-397 desde Neuquén hacia Catamarca. La operación significó una logística de más de 2000 km.
La compañía brindó servicio en el yacimiento Futuro Litio 1 que se encuentra a más 4000 metros de altura y con un clima de gran amplitud térmica. Adecuando los procedimientos e instructivos, innovando y sosteniendo sus mejores prácticas, SAI perforó su primer pozo minero.
En abril se perforaron dos pozos y en mayo se comenzó con el desmontaje del equipo para trasladarlo a un tercer pozo.
Las operadoras ya pusieron un pie en el litio. Los proyectos comienzan a tomar forma a partir de la experiencia ganada durante más de 100 años en la industria hidrocarburífera.
Fuente Mase.lmneuquen.com
Fotografía Voz de América